domingo, 24 de febrero de 2008

Mensaje para la derecha de la izquierda*



Rigoberto Lanz R.
rlanz@cipost.org.ve


El efecto simpático y antipático de los términos "izquierda" y "derecha" hace que la gente se resista a una caracterización política e ideológica que es sustantiva e inevitable. Si a un militante de la izquierda se le acusa de tener posturas de derecha es muy probable que reaccione ofendido como si se tratara de un insulto. Allí no hay contenidos para una caracterización ideológica sino la conducta sicológica que sigue a una molestia.

La cuestión es que de todas maneras las ideas, sensibilidades, mentalidades y posturas tienen perfiles que pertenecen objetivamente a matrices epistemológicas, culturales y sociopolíticas que son inescapables (incluso cuando los operadores no sean conscientes de ello). La derecha es justamente eso: una matriz de pensamiento y comportamientos que traduce efectos prácticos en todos los órdenes.

En el mapa de las distintas izquierdas encontramos una amplia gama de prácticas y discursos que se caracterizan por un conservadurismo de base. Desde la mojigatería moral hasta opiniones retrógradas en el terreno estético, desde la ingenuidad universalista hasta el optimismo del progreso, desde el institucionalismo hasta la exaltación de la familia; en todos los casos una misma entonación de mentalidad: el conservadurismo.

En Venezuela, la derecha de la izquierda está naturalmente asociada al síndrome del burocratismo y la corrupción. Se compone de un amplio contingente de funcionarios cuya tarea primera es conservar el statu quo. Se trata de sectores imbuidos de un sentido pragmático de la política, con escasa formación ideológica, siempre listos para la adulancia y el tareismo, con una altísima propensión al nucleamiento mafioso. Mientras no haya necesidad de definiciones fuertes estos sectores pasan inadvertidos. Grave es cuando las circunstancias políticas les obligan a dar la cara, cuando deben opinar o "fijar posición". Es allí entonces cuando los pegostes ideológicos salen a flote, cuando la hipocresía se hace patente y las costuras están a la vista.

Esta "derecha endógena" (así le llama mi hermano Carlos Lanz) está en todos los negocios y se bate a muerte por las cuotas de poder. Dadas las peculiaridades de nuestra pintoresca "nomenclatura", esta derecha de la izquierda ha sabido acomodarse en los anillos más próximos a los ejes del poder.

En vista de los grandes vacíos intelectuales que se observan en las élites dirigenciales de los agrupamientos de izquierda, resulta relativamente fácil para la "derecha endógena" el posicionamiento de sus intereses sobre criterios transaccionales. No se trata de grandes disputas ideológicas sino de negociaciones en las sombras.

El asunto no es lidiar con una intensa polémica epistémicopolítica sino de cuadrar alianzas para repartirse la torta.

La derecha de la izquierda termina siempre en el centro donde se abraza con la izquierda de la derecha. Para que este movimiento natural pueda cuajar hace falta que se distienda la atmósfera de conflictos y los desplazamientos transcurran amablemente.

Mientras tanto, esta "derecha endógena" tiene que fingir lealtades y jugar a la impostura. Por lo general no engañan a nadie. La gente no es tan gafa.

En cada escaramuza queda al descubierto este doble juego.

El tiempo hace su trabajo. Así ha ocurrido en todas partes del mundo.

Mientras no contemos con una sólida cultura democrática, con una dirección política densamente formada y con corrientes intelectuales vigorosas que alimenten cotidianamente el espacio público, entonces veremos reproducirse esta versión primitiva de la derecha que sólo se justifica por los controles burocráticos de los aparatos. Sin pensamiento la derecha de la izquierda es puramente instrumental, es decir, legiones de operadores haciendo cola para firmar el libro de asistencia. Sin ideas la "derecha endógena" sólo se preocupa de su engorde; con ello se envilecen las prácticas políticas y la lucha ideológica no pasa de las camorras callejeras.

La derecha de la izquierda es un peso muerto del que conviene desembarazarse en el puerto más cercano. Claro, a sabiendas de su alta propensión a quedarse donde están.
* Mirada múltiples para el diálogo, El Nacional, 23/02/08, p. Opinión/14

1 comentario:

gxerman dijo...

Definiciones Básicas:

Izquierda: Los intereses sociales privan sobre los particulares, grupales o personales.
Sería sinónimo de "Socialismo" si este término no estuviese puteado.

Derecha Aparte de no ser de Izquierda, considera que la propiedad privada es sagrada.

Es cierto que estas definiciones permiten la existencia de zonas de solapamiento. Como el arcoiris; si bien es difícil distinguir las fronteras entre los colores, esto no lo convierte en monocromático.